Curiosamente se viene una final un poco fuera de contexto, similar a la que jugaron River-Talleres en marzo en Paraguay. De esos partidos que pueden llegar a marcar, más allá que no es de los títulos más importantes que se disputen. Raro, en la previa no se habló de arbitrajes ni de antecedentes ni del Melli DT vs. su viejo clásico, sino de un tema que incide en el juego y con un tercero que hace su partido.
Es el caso de Sebastián Boselli, que fue descartado cuando llegó Gallardo y que hoy es repescado. Esto último, encuadrado en el marco legal, potestad del club de Núńez. Tanto como la ejecución de la cláusula de Maxi Salas, más allá del enojo de Racing. Aunque el Boselligate le pega directo a Estudiantes, y acá hay una historia detrás: sin dudas, el tiroteo previo lo está pagando Juan Sebastián Verón.
Porque si hubiese una relación cordial entre clubes, muy posiblemente River hubiese dejado que Boselli jugara para Estudiantes antes de regresar. Pero pasa que Verón cuestionó fuerte a Brito, que había calificado de “raro” el acercamiento del Pincha para tentar a Driussi. “Es una cuestión de inseguridad del presidente de River porque ven un competidor”, respondió la Bruja en aquel momento. Unos días después, Di Carlo (secretario general y muy posible futuro presidente) también fue al ataque: “Todo lo que hace y dice Verón genera desconfianza. Se metieron e hicieron una oferta desleal (por Driussi)”. Y hace dos semanas, Verón pegó cuando River insistía por Salas: “A final los reyes de los buenos modales y los que dan clases de moralismo la hacen peor, se hacen los ofendidos y te la ponen”.
No fue gratuito este cruce verbal versión 2025, con palos de un lado y del otro. Si bien es entendible que Gallardo quiera sumar cuanto antes a Boselli, en la buena predisposición no cambiaban los planes dos días más de cesión por una final de por medio. Pasa que ya estaban cancelados mutuamente. Y ésta es la primera muestra de lo que sucede cuando los clubes se llevan a las patadas. El futuro dirá si habrá espacio para negociar entre River y Estudiantes. Y también entre River y Racing, con acusaciones fuertes de los dos lados. Lo que es seguro es que antes habrá más esquirlas.

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