No sería atinado detenerse en si fue o no infracción de Nehuen Paz. No para justificar la eliminación de Huracán y el pase de Lanús a los cuartos de final de la Copa Argentina. Marcich la clavó en un ángulo ante la estéril volada de Meza, pero lo cierto es que el Granate siempre fue más que un Globo desinflado, especialmente en ataque. Los de Pellegrino se clasificaron porque siempre fueron más a pesar de que en el primer tiempo el rival le había llegado apenas un poquito más con un par de ataques aislados. El más claro, un cabezazo de Tissera que Losada atajó en dos tiempos.

Fueron dos golazos los que metieron a Lanús en la próxima instancia. Al ya mencionado zurdazo al ángulo del lateral izquierdo, a los 6 minutos del segundo tiempo, le siguió otro todavía mejor. Dylan Aquino se metió al área por izquierda, enganchó y la clavó en el ángulo del palo más lejano del arquero de Huracán. Cosas del destino, el pibe iba a ser suplente y se terminó metiendo en el 11 porque Marcelino Moreno se lesionó en la entrada en calor. Entre gol y gol, encima, el propio Meza le atajó un penal a Salvio, pero ni así el Globo encontró vientos para remontar e ir por el empate.

Para Huracán, fue una decepción muy grande quedar eliminado en los octavos de final. Principalmente por las formas. No hizo pie en cancha de Quilmes luego de haberle ganado a Boca por el Torneo Clausura. Parecía que ese 1-0 al Xeneize iba a servir de trampolín para volver a ver al Globo del primer semestre, pero volvió a estar ausente.

Quizá la mala noche se pueda entender desde el doble cinco que no estuvo. Ni Pérez ni el Colo Gil, dos estandartes del equipo de Kudelka, pudieron jugar por Copa Argentina. Y faltó juego. Y faltaron piernas. Y no hubo presencia. Con poco, Lanús se adueñó de la pelota de principio a fin y desnudó cuánto le cuesta el ataque a este Huracán, que todavía tiene como gran objetivo principal la Copa Sudamericana.

Para Lanús, en cambio, seguir avanzando es pisar fuerte en medio de un contexto que también le es adverso. Tiene desgarrado a Bou, perdió a Marcelo Moreno a minutos de comenzar el partido y Felipe Peña otra vez se lesionó un hombro. No llegó a jugar media hora y tuvo que pedir el cambio al caer mal de un salto para cabecear. Así y todo, con orden táctico y explotando al máximo el ancho de la cancha hizo méritos suficientes para seguir en esta Copa Argentina para jugar ahora contra Argentinos, ya dentro de los mejores ocho de la competencia.

El llamado de atención, el semáforo amarillo cerca de ponerse en rojo terminó siendo para Huracán. De los últimos cuatro partidos perdió tres y desde que comenzó el segundo semestre apenas hizo dos goles, dejando en claro que su principal problema está en la ofensiva. Anoche fue Tissera, antes Ramírez y Wanchope Ábila, quien ayer ni siquiera ingresó a pesar de que su equipo estaba perdiendo. Ahora la apuesta es Luciano Giménez, su refuerzo que ayer lo único que se llevó de la Quilmes fue un choque de nocaut con el paraguayo Dejesús.

Pasó Lanús y se ilusiona en grande: es uno de los pocos que aún tiene tres objetivos por delante: la Copa Argentina, la Copa Sudamericana y el Clausura.