“¿Tan importante es si lo llamé?”. Gustavo Costas no quiso da pistas pero las dio. Cuando le consultaron si se había comunicado telefónicamente con Marcos Rojo, el técnico de Racing utilizó una evasiva que dio indicios en la conferencia de prensa post 3-0 sobre Deportivo Riestra, por la Copa Argentina. Es que si no lo hubiera contactado, seguramente lo habría negado directamente…
Efectivamente el entrenador habló con el defensor que este viernes superó la revisión médica al mediodía de este viernes y se convirtió en el sexto refuerzo de la Academia. Aunque su llegada no fue por iniciativa del técnico.
Racing protagonizó una bomba en el mercado de pases después de que el defensor de 35 años lograra rescindir el contrato que tenía con Boca (vencía a fin de este año) y quedara como agente libre. Atento a que podía darse esta situación, Diego Milito se interesó en tenerlo en sus filas e inició conversaciones con él. El presidente de Racing le valora su jerarquía, experiencia, personalidad y roce físico, cualidades que considera importantes para la Libertadores.
Cuando parecía que tenía todo encaminado hacia Estudiantes, esa chance se frustró y finalmente el zaguero recaló en Avellaneda, con una cuestión muy tomada en cuenta por la dirigencia: los antecedentes de varias lesiones en el último tiempo. De sus 141 ausencias en Boca (jugó 118 parridos), 103 obedecieron a problemas físicos. Por esta razón se le hizo un vínculo por productividad (hasta fin de 2026).
“Para Costas no era prioridad Rojo, pero lo aprobó”, le confiaron a Olé desde el club. Hasta el jueves en el club aseguraban que le habían bajado la persiana al mercado de pases para incorporaciones y que no escucharían ofertas por jugadores propios.
Una zona de la cancha que ya tenía varios jugadores
Incluso, de acuerdo con lo que le contaron a este diario, Sebastián Saja, director deportivo, entendía que el puesto de Rojo ya estaba bien cubierto y no quería tapar más a los juveniles Gonzalo Escudero y y Santiago Quirós, quienes ya venían abajo de Agustín García Basso y Nazareno Colombo, dos hombres que Costas viene utilizando habitualmente como stopper por la izquierda. También en este mercado se sumó un zaguero, pero en su caso diestro: Franco Pardo. ¿Se irá alguno de los jugadores antes mencionados?
La contratación de Rojo generó opiniones encontradas en la dirigencia, entre quienes veían con buenos y malos ojos su desembarco. En las redes sociales la tendencia es de rechazo de los hinchas hacia el ex Selección y Manchester United, por lo que el defensor sabe que necesitará arrancar con el pie derecho para empezar a ganarse la aceptación en la tribuna.
En cuanto a lo burocrático, Racing tiene tiempo hasta este viernes a las 18 para inscribir a Rojo como uno de los cinco cambios permitidos de cara a la instancia de octavos de final de la Libertadores. En el peor de los casos, hasta 24 horas antes de la ida (el martes será ante Peñarol, en Montevideo) se puede hacer una variante en la nómina, previo pago de multa.
Por los tiempos, Rojo no estará contra Peñarol en Uruguay, pero podría sumar sus primeros minutos el viernes ante Tigre (por el Torneo Clausura) o directamente hacerlo en la revancha frente al Carbonero, el martes 19, en el Cilindro. El nuevo jugador de la Academia viene de entrenarse en Boca, pero lo hacía apartado del plantel de Miguel Russo.
Mientras tanto, como dato curioso alrededor del zaguero zurdo, la idea en el club es que utilice la casaca número 6, pero que su apellido no vaya escrito en la parte trasera (sí su nombre de pila), acorde al deseo manifestado por muchos hinchas por las redes sociales, y a la costumbre de Costas. El técnico tiene prohibido ese color en el club y hasta evita consumir alimentos con esa tónica.
De referente de Boca a colgado
¿Cómo fue que Marcos Rojo pasó de ser capitán y referente del plantel a no ser tenido en cuenta por Miguel Russo? Sin dudas, el quiebre se dio en la previa del partido frente a Independiente, en lo que fue la eliminación de Boca del Torneo Apertura.
El sábado previo a ese encuentro en la Bombonera (se jugó el lunes 19 de mayo), Rojo no se presentó a entrenar, aduciendo un problema de salud. Al día siguiente, domingo 18, fue al entrenamiento previo al clásico. Horas antes del encuentro, se filtró la noticia de que el defensor sería suplente, por un motivo disciplinario, ya que los médicos no pudieron constatar la enfermedad en cuestión y Mariano Herrón, entonces interino tras la salida de Rojo, lo sacó del equipo.
Ese fue el comienzo del fin, ya que en definitiva el ex capitán, que hasta ese partido venía teniendo un buen nivel, con continuidad y sin lesiones, no volvió a vestir la camiseta azul y amarillo. En paralelo a esta situación, surgió otro motivo de ruptura, que se dio en una reunión que tuvo lugar un par de días antes del partido ante el Rojo y en la que estuvieron presentes todos los jugadores del plantel.
La cita se dio el miércoles 14 y la sede fue la casa de Edinson Cavani, el otro capitán del grupo. Motivados por la angustiosa clasificación a cuartos de final (por penales frente a Lanús, en la que Rojo no sólo convirtió su gol sino que armó la lista de pateadores) y con la intención de fortalecerse de cara a lo que podría haber sido un título en tres partidos, la excusa de un buen asado en plan relajado parecía ideal para cumplir el objetivo.
Sin embargo, según las versiones que trascendieron, el avance del evento vio cómo de la boca de Rojo empezaban a salir quejas sobre su situación respecto de lo contractual, algo que ya en la última entrevista que dio había deslizado (apuntando que aún no se habían comunicado con él desde el Consejo de Fútbol para renovarlo), pero que en la vorágine de una noche sin filtros y hasta con algún tono elevado, habría generado una sorpresa mayúscula por tratarse de quien se trataba.
Y al llegar esto a oídos de Juan Román Riquelme, cuentan, el enojo no tardó en tener consecuencias: Rojo no jugó más en Boca, ni aún con la llegada de Russo, y el resto es historia.