La tribuna de Boca lució colmada desde temprano. Unos 15.000 hinchas reventaron la popular Norte y un sector de plateas del estadio Malvinas Argentinas. Y se hicieron escuchar, a puro aliento, con los habituales elementos de percusión y todo el cotillón de banderas y tirantes que suelen decorar la Bombonera en cada partido, para teñir Mendoza de azul y amarillo.

Fue la primera vez en 12 años que los fanáticos del Xeneize pudieron acudir en condición de visitante a un encuentro correspondiente al torneo local. Si bien es cierto que en esa provincia hubo fanáticos de Boca en varios partidos contra Godoy Cruz, siempre tuvieron que acudir en condición de neutrales. En esta oportunidad, en cambio, pudieron llevar elementos distintivos del club.

El sábado, la delegación del Xeneize había sido recibida por una multitud en la puerta del hotel en el que se alojó en Mendoza. En la noche previa al encuentro incluso aparecieron colgados pasacalles en las afueras, con mensajes contundentes para los futbolistas. “La camiseta Boca se tiene que transpirar”, decía uno. “Están en Boca, respeten la camiseta y a su gente”, advirtió otro.

En el estadio, en cambio, el equipo recibió puro aliento desde que pisó el campo de juego, con todo el repertorio de canciones clásicas que suelen escucharse en La Boca. Desde que rigió la prohibición para hinchas visitantes, los hinchas de Boca pudieron ir a otras canchas en duelos de Copa Argentina, partidos de copas internacionales y también en encuentros disputados en canchas neutrales. Este domingo por la noche, en Mendoza, se vio una postal que, de visitante, no se veía desde hacía más de una década.

Cuando comenzó el segundo tiempo, desde la parcialidad visitante surgió una fiesta que ya es casi un clásico en las tribunas del Malvinas, con bengalas y fuegos artificiales que hasta provocaron la suspensión momentánea del encuentro por decisión del árbitro. Es que el humo empezó a inundar el campo de juego, aunque fue la oportunidad para que la escena quede inundada por la gente de Boca.