Cuando se oficializó la llegada de Marcelo Torres a Gimnasia, todo indicaba ser una apuesta arriesgada. Dentro de un contexto de urgencia, con un Lobo necesitado de soluciones inmediatas en ataque, el delantero venía de un flojo presente en un fútbol de varios escalones por debajo de lo que es la Liga Argentina, como lo es la segunda división de Arabia.

Sin embargo, Alejandro Orfila decidió confiar y el Chelo, ex Boca, se encargó de empezar a cerrar bocas a fuerza de lo que mejor sabe hacer: goles.

Claro que los tantos no alcanzan para revertir la irregularidad del equipo, pero uno de los factores con los que se mide a un delantero es la efectividad, y ahí Torres no falló. Con el que le convirtió a Unión en el Bosque, llegó a tres goles en el torneo, todos con peso propio: antes ya había mojado frente a Godoy Cruz y a Lanús. Nada mal para un atacante que aterrizó en La Plata con más dudas que certezas.

De a poco, el Chelo se ganó un lugar indiscutido en el once titular. Su movilidad en el frente de ataque, la capacidad para generarse espacios y su oportunismo dentro del área lo transformaron en una carta fija para Orfila. Y en un equipo que no se destaca precisamente por su poder de fuego, cada aparición del ex Xeneize vale oro.

Más allá de lo personal, Torres también dejó un análisis de lo que fue el empate ante Unión: “En el primer tiempo hicimos un desgaste bárbaro, la verdad fue bastante duro. Después en el segundo se hizo como mucho ida y vuelta. Trabajaremos eso en la semana, así que nada, a seguir laburando”, manifestó luego del partido.

Para el ex Talleres, la diferencia más marcada se vio en el segundo tiempo: “Ellos tuvieron varias situaciones, las pudieron concretar y encima marcaron un par de golazos. Creo que estuvimos flojos ahí, así que a trabajar en solucionar ese aspecto” explicó.

El delantero ilusiona a los hinchas, que empiezan a reconocer en él un faro de esperanza para un Lobo que necesita pisar fuerte en el Clausura. El Chelo, con pasado en Boca y un recorrido inesperado por el fútbol árabe, hoy está presente en Gimnasia. Y si sigue a este ritmo, puede convertirse en uno de los grandes aciertos del mercado.