En este Monumental, el José Fierro, a River le cuesta. No se siente a gusto como en Núñez y se trata de una plaza compleja a la hora de intentar traerse los tres puntos. Porque últimamente no pierde ahí frente a Atlético Tucumán, pero tampoco gana y hasta dejó escapar un título insólito que se lo terminó llevando Boca.

En la antesala de ir a Brasil por la épica frente a Palmeiras, el próximo resultado no cambiará ninguna ecuación de cara a la revancha de cuartos de la Copa Libertadores, pero cortar la mala racha en ese escenario -y con un 11 alternativo- sería un motivo de satisfacción para Marcelo Gallardo en una semana especial.

A diferencia de otras provincias con antecedentes positivos, como el caso de Mendoza, las últimas cuatro visitas a Tucumán para enfrentar al Decano terminaron en empate y ya son cinco los duelos sin triunfos, siendo el último en marzo de 2019 con un 1-0 gracias al gol de Cristian Ferreira.

Mientras en el Liberti el CARP logró imponerse en tres de los últimos cuatro enfrentamientos, con dos victorias al hilo, en el noroeste argentino sumó un revés en 2019 (0-3) y el 7/3/2020 comenzó la seguidilla de empates con un partido que en River prefieren olvidar: con el 1-1 perdió la Superliga 19/20 a manos de Boca.

Un año después, por la última fecha de la Liga que ganó River, MG optó por darles descanso a casi todos sus habituales titulares y si bien lo empezó perdiendo por un gol a los 5′ (Cabral), para el segundo tiempo entró Julián Álvarez y lo igualó. En 2023 se repitió la película: rotación masiva porque días después el CARP jugaba contra Fluminense en la fase de grupos de la CL (1-5 en Río), gol inicial de Mateo Coronel (se despidió y este jueves fue presentado en Querétaro) y lo empató Joaquín Pereyra (en contra).

El último antecedente (2024) es un fiel reflejo de lo adversa que le resulta la cancha ubicada en 25 de Mayo 1351, en plena capital tucumana. En una situación insólita tras la sanción de un penal a favor de River, Esequiel Barco erró dos remates (el primero se repitió por invasión), y Martín Demichelis, quien había ordenado que la segunda ejecución sea de Borja, se enojó por la desobediencia y lo sacó en el entretiempo.

Con habituales suplentes, mucho piberío y el aliento de más de 4.000 hinchas visitantes en el estadio, ambiente atípico en el José Fierro, River intentará que el DecaNO se transformé en un DecaSÍ.

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