La centrocampista del FC Barcelona Aitana Bonmatí, ya galardonada en 2023 y 2024, conquistó este lunes su tercer Balón de Oro consecutivo. Ganadora de la Liga española la pasada temporada y finalista de la Liga de Campeones con el Barça y de la Eurocopa con España, la catalana volvió a ser elegida mejor jugadora del mundo, por delante de su compatriota Mariona Caldentey y de la delantera inglesa Alessia Russo.
Con un desempeño estelar en la temporada 2024-25 –donde lideró al Barça a un triplete continental y a España hacia la defensa del título mundial–, Bonmatí no solo eclipsó a rivales como Salma Paralluelo o Trinity Rodman, sino que reafirmó su estatus como la mejor futbolista del planeta. “Es un honor que pesa, pero lo llevo con la misma humildad que en mis primeros días en el campo“, declaró la catalana, cuya trayectoria es un tapiz de superación, trofeos y un impacto comercial que la posiciona como un ícono global.
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Quién es Aitana Bonmatí
Aitana Bonmatí nació el 18 de enero de 1998 en Sant Pere de Ribes, un pueblo costero de la provincia de Barcelona, en el corazón de Cataluña, donde el mar Mediterráneo y los campos de fútbol se funden en un horizonte de oportunidades modestas. Hija única de Rosa Bonmatí Guidonet y Vicent Conca i Ferras, ambos profesores dedicados a la educación y al activismo social, creció en un hogar donde el fútbol era más que un juego: era una lección de perseverancia.
Su primer apellido, Bonmatí, proviene de su madre, una educadora que registró inicialmente a Aitana como madre soltera debido a circunstancias personales, mientras que el segundo, Conca, honra a su padre, un defensor de causas locales. “Estoy muy orgullosa de lo que hicieron por mí”, dijo Bonmatí, destacando cómo sus padres equilibraron la disciplina académica con la pasión por el deporte, fomentando en ella un sentido de responsabilidad que aún la define.
Desde temprana edad, Aitana mostró un talento innato en las canchas locales de Vilanova i la Geltrú, donde pasó gran parte de su infancia. Jugaba en equipos mixtos juveniles, rompiendo barreras en un entorno donde el fútbol femenino era incipiente, y sus primeros recuerdos están ligados a balones raídos y tardes interminables pateando en plazas empedradas.
A los siete años, ingresó en la Escuela de Fútbol Femenino de Vilassar de Mar, un semillero catalán que detectó su visión de juego y control impecable. Pero no todo fue idílico: su madre padece fibromialgia, una condición crónica que limitaba su movilidad, y su padre no había aprobado el examen de conducir, lo que obligaba a la familia a depender de transporte público para los viajes a entrenamientos.
“Esos sacrificios me enseñaron el valor del esfuerzo“, reflexiona Bonmatí, quien equilibró sus estudios en la Universidad de Barcelona –donde se licenció en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte– con sus primeras sesiones profesionales. Como hija única, la presión era doble, pero el apoyo inquebrantable de sus padres la impulsó: Rosa y Vicent aún asisten a sus partidos, simbolizando el núcleo familiar que la ancla en medio de la fama.
De La Masia al trono mundial: trofeos, récords y un tercer Balón de Oro
El ascenso de Bonmatí al estrellato comenzó en 2010, cuando el FC Barcelona la reclutó para La Masia, la academia legendaria del club, a los 12 años. Debutó con el equipo B en la temporada 2015-16, liderándolo a su primer título en Segunda División con una actuación dominante que la catapultó al primer equipo.
Bajo el mando de Lluís Cortés y luego Jonatan Giráldez, se consolidó como la “cerebro” del mediocampo culé: en su primera campaña completa (2016-17), contribuyó con goles clave en la Copa de la Reina, y para 2019 ya disputaba la final de la UEFA Women’s Champions League, aunque cayeron ante el Lyon.
El verdadero despegue llegó con la pandemia y el resurgir del fútbol femenino español. En 2021, Bonmatí fue MVP de la final de la Champions League que el Barça ganó 4-0 al Chelsea en Gothenburg, marcando el primer título europeo del club. Aquel triunfo inauguró una era dorada: tres Ligas F consecutivas (2021-24), dos Champions más (2023 y 2024) y un sextete en 2024 que incluyó la Copa de la Reina y la Supercopa.
En total, disputó más de 250 partidos con el Barça, acumulando 50 goles y 80 asistencias, y ha sido nombrada Jugadora de la Temporada en la Champions en tres ocasiones consecutivas. Su estilo –visión periférica, pases milimétricos y una ética de trabajo incansable– la ha convertido en la heredera natural de Xavi e Iniesta en la versión femenina.
Con España, su impacto es legendario. Debutó en 2017, pero el clímax fue el Mundial 2023 en Australia y Nueva Zelanda, donde las Roja conquistaron su primer título mundial con un 1-0 ante Inglaterra en la final. Bonmatí, con tres asistencias y un gol, se llevó el Balón de Oro del torneo como mejor jugadora, superando el escándalo de Las 15 que sacudió a la federación. Aquel verano la catapultó a su primer Balón de Oro Féminin en octubre de 2023, seguido del segundo en 2024 tras defender la Nations League.
En 2025, con España ganando la Eurocopa Femenina en Suiza y el Barça repitiendo triplete, Bonmatí acumuló 25 goles y 30 asistencias en 55 partidos, sellando su tercer premio este 22 de septiembre. “Aitana reina de nuevo”, tituló France Football, destacando cómo eclipsó a nominadas como Lena Oberdorf o Lindsey Horan. A sus 27 años, con contrato hasta 2027, apunta a París 2028 y un legado que trasciende trofeos: ha sido incluida en el FIFPro World 11 por dos años seguidos y nominada al Laureus como Deportista del Año.
De Nike a Adidas, Aitana Bonmatí forjó un imperio de marcas globales
Bonmatí trascendió el campo para convertirse en un activo comercial premium, gestionado por agencias que ven en ella “el boom del fútbol femenino”. Su salto más notorio ocurrió en julio de 2024, cuando abandonó Nike –su socio desde el debut– por un contrato multimillonario con Adidas, convirtiéndola en la futbolista femenina mejor pagada del mundo en patrocinios.
La marca alemana la posicionó como embajadora principal, lanzando botas personalizadas para los Juegos Olímpicos de París 2024 y campañas como “You Got This”, junto a estrellas como Jürgen Klopp y Trinity Rodman, que promueven la resiliencia mental en el deporte. En 2025, apareció en vallas publicitarias en clubes grassroots del Reino Unido y eventos como el lanzamiento de la colección SS25, donde posó con ediciones limitadas de sus F50 Elite.
Otras alianzas refuerzan su portafolio: desde diciembre de 2023, es embajadora global de Grupo Bimbo, la multinacional mexicana de panadería, participando en campañas que vinculan su ética de trabajo con el “combustible diario” para atletas. Además, colaboró con Laureus para iniciativas benéficas y ha sido el rostro de promociones en redes sociales que generan millones de interacciones.
Aitana rechazó ofertas de apuestas y criptomonedas, enfocándose en sostenibilidad: en 2025, se unió a una franquicia de la Kings League femenina como inversora, expandiendo su huella más allá del fútbol tradicional. Su presencia en Instagram (más de 2 millones de seguidores) amplifica estos pactos, convirtiéndola en un puente entre el deporte y la moda.
El éxito de Bonmatí se traduce en una fortuna sólida, aunque modesta comparada con sus pares masculinos, reflejando las disparidades en el fútbol femenino. En 2023, su patrimonio neto se estimaba en 5 millones de dólares, impulsado por un salario base en el Barça de 1,1 millones de dólares anuales –el más alto en la Liga F–, más bonos por trofeos que la elevaron a 1,3 millones en 2024.
Para 2025, con el tercer Balón de Oro y renovaciones, analistas proyectan un neto de 6-7 millones, sumando 2-3 millones anuales en patrocinios: Adidas lidera con 1,5 millones, seguido de Bimbo y apariciones en FIFPro. Sus ingresos semanales rondan los 25.000 dólares, pero Bonmatí permanece anclada: vive en un apartamento discreto en Barcelona, visita a sus padres en Sant Pere y destina fondos a fundaciones contra la fibromialgia. “El dinero es un medio, no un fin”, dice, priorizando inversiones en educación y fútbol base.
(ds)