El retorno de Loma Negra de Olavarría a los torneos de la AFA, como participante del Regional Federal Amateur 2025/2026, no pasó inadvertido para el fútbol argentino.
La noticia disparó recuerdos sobre aquel ‘equipo sensación’ de los Nacionales 1981 y 1983, que irrumpió con fuerza en el mercado de pases contratando a jugadores consagrados y que tenía como presidenta a Amalia Lacroze de Fortabat, ‘La Dama del Cemento’, por entonces la fortuna más grande de Argentina, según la revista Forbes.
José Omar Reinaldi fue el único futbolista cordobés que protagonizó aquel esplendor del club olavarriense, ‘una S.A, encubierta en dictadura’, según escribió alguna vez el periodista Ezequiel Fernández Moores. ‘La Pepona’ integró el plantel del elenco cementero en 1983, compartiendo vestuario con dos viejos conocidos del Talleres subcampeón nacional del ’77: el marcador central Luis Galván y el entrenador Roberto Saporiti.
“Saporiti me pidió y Loma Negra compró mi pase, que era de Belgrano. Nunca dudé en ir, ya que era una posibilidad significativa en lo económico y también en lo deportivo. A pesar de ser un club del interior, contaba con jugadores que habían estado en equipos importantes del país y también en el exterior, y se había armado para pelear el campeonato. Además, lo conocía a Roberto, y sabía de su profesionalidad y seriedad”, cuenta el delantero.
El Club Social y Deportivo Loma Negra fue fundado el 31 de mayo de 1929 y tuvo su apogeo entre 1981 y 1983, bajo la presidencia de la empresaria ‘Amalita’ Fortabat.
“En aquel momento, el club dependía de la empresa y funcionaba como una sociedad anónima, y el que organizaba todo lo relacionado con el equipo era (Luis) Prémoli, un coronel retirado que era amigo de la señora”, recuerda Reinaldi.
“A los jugadores nos daban todas las comodidades, ropa, hotel… Y nos pagaban muy bien, en una época complicada del país, que venía de la Guerra de Malvinas. El último día de cada mes teníamos que pasar por la fábrica para cobrar el sueldo, y viajábamos en avión privado cuando íbamos a jugar a otras provincias. La verdad es que todos querían jugar ahí. Era como estar en Boca o River”, añade el villamariense.
Tropezón y caída
En el Nacional ’83, Loma Negra enfrentó a River, Nueva Chicago y Andino de La Rioja en la primera fase; se midió con Argentinos Juniors, Juventud Antoniana de Salta y Renato Cesarini de Rosario en la segunda ronda; y fue eliminado por Racing Club en octavos de final. Completó una campaña de 14 partidos, con ocho victorias, cuatro empates y dos derrotas. Los únicos traspiés fueron en el debut del 13 de marzo ante El Millonario (0-1). en el Monumental; y en la despedida del 19 de mayo frente a La Academia (0-4) en la cancha de Huracán.
“Hicimos un torneo muy bueno, pero lamentablemente tuvimos ese tropezón con Racing, al que le habíamos ganado de locales (2-1), en un partido que fue rarísimo”, sostiene Reinaldi. “Aquel fue un golpe fuertísimo, porque teníamos mejor equipo que ellos. Recuerdo que habíamos llevado los bolsos para quedarnos en Buenos Aires, porque después debíamos enfrentar al ganador de Ferro-Estudiantes”, apunta.
“En ese equipo yo jugaba de ‘10’, un poco más retrasado, y los delanteros eran (Félix) Orte, (Mario) Husillos y (Pedro) Magallanes”, reseña ‘La Pepona’, quien convirtió cuatro de los 25 goles del cementero en el torneo.
En 2005, el grupo brasileño Camargo Correa compró Loma Negra y la firma se desentendió del club, que debió ser asistido por la liga de fútbol y el municipio de Olavarría para poder subsistir.
“En la segunda parte del año me prestaron a Rosario Central, porque los otros clubes de la Liga Olavarriense se quejaban de la falta de equivalencia y entonces fijaron un cupo de futbolistas profesionales. A principios de 1984 volví a Loma Negra para hacer la pretemporada, pero el equipo fue eliminado en el Regional por Olimpo de Bahía Blanca y quedó afuera del Nacional, y ahí se desarmó todo”, detalla el actual secretario general de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino en Córdoba. “En ese momento me prestaron a Belgrano, y después a Talleres. Y cuando se concretó esa última operación, también me dieron el pase”, puntualiza.

Mirando la gente pasar
“El proyecto se terminó porque no se logró el objetivo deportivo, que era jugar en AFA como equipo afiliado”, señala Reinaldi, relativizando la influencia del retorno de la democracia en el destino de Loma Negra.
De su estadía en Olavarría, ‘La Pepona’ recuerda: “Es una ciudad chica, tranquila. Para mí, era como vivir en Villa María. En aquellos tiempos estaba convulsionada por el fútbol, ya que había muchos jugadores de renombre”. “Hubo muchachos que estuvieron tres o cuatro años en Loma Negra y que hicieron una diferencia económica abismal”, enfatiza.
Respecto a la relación de los futbolistas con ‘Amalita’, Reinaldi comenta: “No había un trato de gran cercanía, pero ella conocía a todos los jugadores y después de los partidos tenía la costumbre de meterse en los vestuarios. Muchas veces estábamos entrenando y Saporiti tenía que parar la práctica porque ella llegaba de sorpresa junto a Prémoli y saludaba a uno por uno.
-¿Alguna anécdota en particular?
-Cuando fui a firmar el contrato, en una oficina ‘a todo trapo’ que tenía en un hotel de Recoleta, me saludó y me dijo: ‘Usted tiene el pelo muy largo’.

Un equipo de alto vuelo
En Corral de Bustos aún se recuerda el domingo 5 de julio de 1981, la tarde en que ‘Amalita’ Fortabat aterrizó en helicóptero en la cancha del Club Atlético Corralense. La empresaria desembarcó en el sudeste cordobés para presenciar la primera de las dos finales que Loma Negra y Asociación Mutual Club Atlético y Biblioteca Mitre de General Baldissera (0-0 y 6-1) jugaron en procura de una primera experiencia en el fútbol grande.
La irrupción del cementero en la flamante ‘liga de los campeones del mundo’ se produjo el 13 de setiembre de 1981, y fue victoria 1-0 ante Ferro Carril Oeste, equipo dirigido por el cordobés Carlos Griguol, en cancha de Racing de Olavarría y con el marplatense Ezequiel Llanos como DT.
El juicio por delitos de lesa humanidad conocido como ‘La Huerta’, cuya sentencia se leerá el próximo 24 de octubre, develó la connivencia de la empresa Loma Negra con la última dictadura.
En el Nacional ’81, Loma Negra compartió la Zona B con Ferro, River, Guaraní Antonio Franco de Misiones, San Martín de Tucumán, Sarmiento de Junín y Talleres. Ante el elenco de barrio Jardín salió airoso en el Estadio Córdoba (2-1) por la 7° fecha, y cabizbajo en la jornada final, cuando el 0-0 de local le impidió clasificar por diferencia de goles.
Aquel resultado benefició a River, a la postre campeón del torneo (venció en las finales a Ferro) con Mario Kempes en sus filas y Alfredo Di Stéfano como entrenador. “Estoy contento de que Talleres haya puesto su granito de arena para que River clasifique. Loma Negra ha hecho una gran campaña, incluso ha merecido pasar, pero es muy importante que River esté en las finales, por lo que representa para el fútbol argentino”, declaró Ángel Labruna, ídolo riverplatense y por entonces DT albiazul.
Siete triunfos, cinco empates y dos derrotas fue el balance del debut en AFA del conjunto olavarriense. Loma Negra debió esperar dos años para su segunda y última incursión en el fútbol grande, pero fue noticia mundial el 17 de abril de 1982, en plena Guerra de Malvinas, cuando contrató al seleccionado de Unión Soviética para disputar un partido amistoso. Su triunfo 1-0 le cortó una racha de 18 partidos invicto al elenco europeo.

Caras conocidas
En su época de esplendor, el Club Social y Deportivo Loma Negra de Olavarría albergó a varios futbolistas que, antes o después de aquella experiencia en la entidad bonaerense, jugaron en equipos cordobeses. Además de José Omar Reinaldi, integran esa nómina el campeón del mundo de 1978 Luis Galván (Talleres y Belgrano); José María Cafaro, Abelardo Carabelli, Pedro Magallanes (Talleres); Osvaldo Mazo, Jorge Vázquez, Carlos Carrió (Belgrano); Carlos Squeo, Jorge Pellegrini, Aldo Varales (Instituto); y José Rubén Scalise (Racing e Instituto).