Inolvidable. Histórico. Para quedar en los libros. El nombre de Joaquín Enrico se recordará por mucho tiempo en la Isla Maciel y en el fútbol argentino. Porque el arquero de San Telmo se preparó para sacar desde su área para buscar a sus delanteros y terminó convirtiendo un golazo de arco a arco. Un tanto que fue tan inesperado como insólito y espectacular.

El pibe de 24 años, de Inferiores en Colón, llegó a comienzos de 2024 al Candombero. Y si bien no tuvo demasiados minutos en la actual temporada, el Chaucha Bianco le dio la titularidad en los últimos encuentros, teniendo en cuenta que el equipo ya no pelea por la permanencia ni por el ingreso al Reducido para luchar por el segundo ascenso.

Enrico le ganó el lugar a Agustín Rufinetti, tomó la confianza que le dio el entrenador y se animó a sacudir desde el fondo para sorprender a todos. El gol ocurrió a los 28 minutos de la primera mitad. El 1 tomó la pelota con sus manos dentro del área y, con un pelotazo largo buscando a sus puntos, logró mucho más de lo esperado. El balón picó en la medialuna del área rival y superó por completo al arquero de Gimnasia de Jujuy, Milton Álvarez, quien calculó mal y no logró evitar que la pelota se metiera por encima suyo.

El tanto, que marcó el 2-0 parcial, fue el primero de Enrico en la Primera Nacional y generó una mezcla de sorpresa y ovación entre los presentes. Más allá de la curiosidad por lo sucedido, fue también un golpe anímico para un Gimnasia que no lograba reaccionar. El 1-0 fue convertido por Nicolás Morro, pocos minutos antes del hecho por Joaquín.

Ya en el complemento, San Telmo estiró la diferencia por medio de Sebastián Cocimano. Sin embargo, cuando parecía que la goleada podía ser más abultada, el Lobo reaccionó: con la necesidad de ganar para seguir con chances de no bajarse de la pelea por alcanzar la final de la categoría, metió dos goles (Diego López y Alejandro Quintana) en apenas 60″.

Ojo, Gimnasia contó con varias oportunidades para llegar al empate. Pero ahí apareció Enrico. En este caso no fue para calzarse el traje de goleador, si no para sacar pelotas clave y sostener el triunfazo de Telmo.