Independiente volvió este martes a los entrenamientos en el predio de Villa Domínico con la mente puesta en Godoy Cruz. Luego de la igualdad sin goles contra Racing en el Cilindro, el equipo debe hacer borrón y cuenta nueva. Atrás tiene que quedar la insólita chance desperdiciada por Pablo Galdames en el último minuto, adelante tiene que llegar la recuperación para intentar salvar una temporada que está muy lejos de la que se imaginaba el hincha hasta hace unos meses.

“Dimos un paso adelante, pero tenemos que seguir mejorando. Hay plantel para jugar bien al fútbol. A partir de ahora esperemos definir mejor. Tenemos que mejorar en los mano a mano. Hay que trabajar”, rescató Gustavo Quinteros poco después de su debut en el clásico de Avellaneda. Y fue el propio entrenador el que encabezó el regreso a las prácticas, en el que buscará la vuelta a la victoria.

Para el Rojo es fundamental sumar de a tres en un terreno hostil como Mendoza, donde apenas venció una vez al Tomba. Es que contra la Academia, el equipo decretó su peor inicio de un campeonato en toda su historia al llegar a nueve partidos sin triunfos (cinco empates y cuatro derrotas). Como si fuera poco, teniendo en cuenta todas las competencias, ya son 12 sin vencer debido a que la última vez que sonrió fue en el 2-1 a Gimnasia de Mendoza por Copa Argentina.

Con la necesidad de evitar profundizar la crisis, Independiente necesita meterse en puestos de playoffs y clasificarse a una copa internacional. El panorama es complejo. Porque el equipo se encuentra último en la Zona B del Torneo Clausura, a siete puntos de Sarmiento de Junín, el último que hoy se está metiendo entre los ocho mejores del grupo. Y está a seis unidades de Huracán, actualmente en puestos de Sudamericana.

Al Rojo le quedan siete encuentros por delante, el suspendido frente a Platense (sigue sin fecha de reprogramación) y los duelos ante Godoy Cruz, Lanús, San Martín de San Juan, Atlético Tucumán, Riestra y Rosario Central. De esta manera, Quinteros tendrá que hallar el mejor 11 para escaparle a la mala racha, cambiar la situación, generar una reacción y tratar de conseguir los únicos dos objetivos que le quedan por delante.