Como ahora Barracas Central, Riestra y los santiagueños de Central Córdoba, Arsenal supo codearse con la élite del fútbol argentino, amparado en el poder de turno. Julio Grondona, uno de sus fundadores, llegó a la presidencia de la AFA en 1979 pero el club humilde de Sarandí recién ascendió a Primera en 2002. Jugó dos décadas, mejoró sus ingresos, sus planteles, su infraestructura y fue campeón. Ganó la Copa Sudamericana en 2007, la Suruga Bank 2008, el Clausura 2012, la Supercopa Argentina 2012 y la Copa Argentina 2013. En julio de 2014 murió Don Julio. Cuatro años después, Arsenal descendió, ascendió, bajó otra vez y este domingo, doce años después de la muerte de su fundador, en 2026 jugará, luego de 34 años, en la tercera categoría.
En Avellaneda había, y hay, dos clubes grandes: Racing e Independiente. Y en la zona, hay muchos clubes de barrio. Muchos centenarios. Sin embargo, un grupo de amigos y vecinos de Sarandí, decidieron fundar el 11 de enero de 1956 un club. Le pusieron Arsenal. Además de los hermanos Julio y Héctor Grondona, formaron parte de la génesis Roberto Estévez, Manuel Andrea, Horacio Montero, Orlando Acosta, Juan Carlos Urtasún, Eloy de Medio, José M. Pérez, Francisco Ceferino, Arnaldo Pardini, Julio César Marotti, José Berdía, Gabriel Blanco, José Bueno, Américo Besada y Juan Emilio Elena. Algunos eran de Academia y otros del Rojo. De ahí sus colores.
El club se afilió a la AFA en 1961 y cuatro años después ya estaba en la máxima categoría de ascenso, la vieja B. De los fundadores, dos fueron protagonistas en el campo de juego. Héctor Grondona, centrodelantero, aún sigue siendo el máximo goleador de la historia. Juan Emilio Elena, en tanto, dirigió al equipo más de una década. Ambos lideraron los títulos de Primera D en 1962 (ascendió a la C) y de Primera C en 1964 (ascendió a la B).
Julio Grondona fue presidente de Arsenal desde 1957 hasta 1976 pero nunca descuidó su carrera dirigencial en Independiente, club que comandó desde 1976 hasta 1979, cuando fue electo presidente de la AFA. Don Julio llevaba cinco años al frente de la AFA (una reelección) y “su” Arsenal descendió por primera vez, en 1984, de la B a la C. En la reestructuración de 1986, logró subir a la B Metropolitana a través del torneo Apertura 86 de la C. Y recién en 1992, obtuvo el ascenso a la Primera B Nacional, a través del Torneo Zonal Sudeste. En ninguno de los casos fue como campeón. En la época en la que no había VAR ni tantas transmisiones televisivas ni redes sociales, había voces, pocas, que denunciaban que algunos arbitrajes beneficiaban al equipo de Don Julio.
Después de 10 temporadas en la B Nacional, Arsenal llegó a Primera. Le ganó al final del Reducido a Gimnasia de Concepción del Uruguay. La ida se jugó en Entre Ríos y ganó el equipo del Viaducto 2 a 1. Luego, el 1-1 en Sarandí, le aseguró el ascenso. Durante dos décadas, también se denunció, apoyado por las estadísticas, de un grupo de árbitros que recurrentemente dirigían a Arsenal.
Los Grondona siguieron dominando en el club. Héctor, aquel goleador, fue presidente entre 1984 y 1994. Algunos periodistas lo recuerdan ingresando al vestuario tras un partido ganador, en tiempos de la B Metro, repartieron alfajores a los jugadores como premio. Después, en 2001 y hasta 2024, tomó el mando Julio Ricardo Grondona, uno de los hijos del ex titular de AFA. Desde diciembre de 2024, y hasta 2027, la presidenta es Lara, hija de Julito y nieta de Don Julio.
Hay casualidades y causalidades. Desde la muerte de Julio Grondona, el 30 de julio de 2014, al Arse le costó mantener su lugar de privilegio en la élite del fútbol argentino. Pero el último deseo de Don Julio fue el torneo de 30 equipos y nadie se opuso. Entonces, se mantuvo en Primera desde 2015 hasta 2018, cuando bajó por promedio. Regresó al año siguiente como campeón y volvió a bajar en 2023. Y el domingo, tras perder con Deportivo Madryn a una fecha del final del torneo, quedó sellada su suerte en la zona y en la categoría.