Fue un domingo con otro gol de lujo para Ángel Di María. Ya les había dejado un recuerdo inolvidable a los hinchas de Rosario Central con su tiro libre a Newell’s para ganar el clásico hace dos fechas en el Gigante de Arroyito y este domingo, en el reencuentro tras ese partido, volvió a lucirse: le hizo un golazo olímpico a Boca que le permitió al Canalla llevarse un empate por 1-1 en la octava fecha del Clausura.

Post partido, el Fideo, que ya había hecho otros tres goles olímpicos en su carrera (uno con el Benfica y dos con el PSG), se mostró “contento” con el gol y con el partido: “Tenía ya alguno y ahora se dio acá. Contento por el gol, contento porque hicimos un muy buen partido. Creo que en líneas generales fue muy parejo el partido. Ellos tuvieron ocasiones, nosotros también. Sabíamos que iba a ser un partido abierto, tienen grandes jugadores, nosotros también, y creo que el empate al final es parejo”.

Más allá de haber jugado en este partido más volcado hacia el medio y no tanto por la banda, Di María explicó que no le interesa tanto su posición sino el solo hecho de “jugar” y “estar adentro de la cancha, ser feliz como lo soy siempre, donde me toque, donde sienta el técnico que rindo y que le puedo hacer bien al equipo”. Y admitió que, aún con otro rol en este encuentro, se sintió “muy bien”.

“Intento hacer lo mejor adentro de la cancha, creo que la gente lo ve. Intento siempre poder ayudar al equipo, que las cosas salgan bien, venimos de buena manera, todavía no tuvimos ninguna derrota. Venimos haciendo las cosas muy bien, trabajando muy bien y creo que eso la gente lo ve y lo reconoce”, agregó.

Y habló con alegría de su cariñoso encuentro con Leandro Paredes, con quien no compartía una cancha -aunque ahora lo hicieron como rivales- desde el año pasado con la Selección Argentina: “Hablamos hoy un rato. Me dio una patadita y se la devolví, así que estamos parejos. Es un jugador temperamental que cuando está dentro de la cancha no hay amigos no hay nada, pero todo bien”.

“Creamos muchas ocasiones. Jugamos de una manera diferente, yo por dentro y el equipo no se resintió, siguió jugando de la misma manera. Jugaron chicos que no venían jugando y creo que eso es importante también para el técnico. Intentamos seguir trabajando, intentar hacer lo mejor para lo que viene, viene un partido importante también de local de vuelta y con la ayuda de la gente se nos hace mucho más fácil intentar volver a la victoria”, comentó.

También se mostró feliz de ver a Miguel Ángel Russo, ídolo de Central, y reveló que se sintió “en falta” con él: “Es algo muy lindo que haya podido venir después de lo que estuvo pasando. Yo ya lo había hecho en el Mundial de Clubes, le había agradecido por lo que hizo por Central, estaba feliz de poder verlo. Ya había hablado antes el año anterior, que iba a volver, después no se dio. Me sentí en falta con él, así que en el Mundial de Clubes se lo dije, me entendió, es una persona que entiende todas esas cosas. Es muy familiero. Y poder darle un beso, un abrazo, es algo muy lindo. Ojalá que siga bien”.

Por último, se lamentó por la lesión de hombro de Alejo Veliz al minuto del partido, que lo obligó a dejar la cancha un rato después: “Un garrón, la verdad que nos queríamos matar porque sabemos lo que es Alejo para nosotros: aguanta todas, pelea todas, corre todas… Está agarrando ritmo como necesitábamos y que tenga esta lesión es una mierda, pero ojalá que se recupere rápido y yo creo que igual con un poquitito de dolor va a jugar porque él es así. Hoy aguantó un montón igual hasta que tuvo que pedir el cambio y ojalá pueda estar para la próxima fecha”.