La decisión, aunque popular entre los jugadores, entristecerá a los tradicionalistas y probablemente significará el fin de las discusiones sobre los cobros en las líneas, que forman parte del folclore de Wimbledon. También supondrá el fin de los desafíos con el “Ojo de Halcón”, en los que los jugadores pueden pedir una revisión en video de una decisión ajustada, algo también muy popular entre los aficionados.