5 de diciembre del 2007. Arsenal tocaba el cielo con las manos. El equipo que en ese entonces dirigía Gustavo Alfaro perdía 0-2 con el América de México, pero ese gol agónico de Martín Andrizzi en la cancha de Racing provocó el delirio y la fiesta en Sarandí. Porque ese tanto, histórico por cierto, decretaba el 4-4 global que, gracias a los goles de visitante convertidos en el partido de ida (victoria 3-2) le daban el primer título de su historia, la Copa Sudamericana. Lo que en ese momento ningún hincha hubiese imaginado es que, casi 18 años después y luego de 16 ininterrumpidos en Primera, Arsenal volvería a caer en las profundidades del ascenso.
Acaso el descenso a la Primera B que se confirmó este domingo con la derrota ante Deportivo Madryn es el capítulo final de una serie de terror que incluyó una desgracia atrás de otra en los últimos años, pero que se profundizaron aún más en esta temporada, que terminó siendo para el olvido. Sin ir más lejos, el Arse tardó 17 partidos en alcanzar su primera victoria en el torneo, lo que lo llevó a ser el equipo del fútbol argentino que más tiempo demoró en conseguir los tres puntos contando todas las categorías, algo que obviamente lo hundía en los más profundo de la tabla. En total fueron siete derrotas consecutivas y nueve empates, pero ni siquiera ese primer triunfo ante Alvarado que se festejó como un campeonato cambió la ecuación. Una irregularidad constante, marcada por otras rachas de derrotas, sentenció un destino que estaba claro desde hace rato: la Primera B, esa categoría que no pisaba desde 1992.
Y es que sí, los 31 puntos producto de 16 derrotas, 10 empates y apenas siete victorias son un mérito más que suficiente para bajar de categoría. Fue tal el descalabro que asechó a Arsenal durante todo el año que ni los tres técnicos que pasaron por el banco pudieron cambiar la ecuación: estos fueron Martín Rolón, Gabriel Viscovich y Darío Franco, quien seguramente termine dejando su cargo.
Pero el ocaso de Arsenal no es nuevo. Ya en el 2018 bajó de Primera luego de 16 años ininterrumpidos en los que ganó la Sudamericana, la Suruga Bank 2008, Clausura y Supercopa 2012 y Copa Argentina 2013. Pero son tiempos lejanos a pesar de que un año después regresó a a la elite. Y es que en el 2023 volvió a descender y, dos años después, pasó de jugar contra los gigantes del fútbol argentino a tener que volver a remarla en el ascenso profundo. Ya la temporada pasada había sido un aviso de lo que venía: coqueteó con el descenso durante todo el torneo pero logró salvarse al finalizar 17° de 19 equipos en la Zona A.
La llegada de Franco, técnico experimentado de 56 años, ilusionó al Viaducto con que quizás se lograra el milagro, sobre todo porque consiguió juntar algunas victorias ante rivales directos como Alvarado, pero no se dio. Está claro que igualmente la misión no era fácil, ya que la compleja situación económica de Arsenal llevó a que su plantel esté integrado por muchos jóvenes y pocas figuras, a tal punto de que el equipo está cotizado en poco más de 2 millones de euros, precio que ahora se seguirá devaluando…
La influencia de Grondona en Arsenal
Arsenal fue fundado el 11 de enero de 1957 por Julio Grondona y su hermano Héctor. Su nombre proviene del reconocido equipo de la Premier League y sus colores surgen de los dos clubes más populares del municipio de Avellaneda: Independiente y Racing.
Desde su concepción, Grondona ocupó el cargo de presidente y bajo su mandato, el Arse logró el ascenso a la Primera C en 1962 como campeón invicto. Grondona fue designado presidente de la AFA el 6 de abril de 1979, poco después de que la Selección Argentina lograra consagrarse como campeona del mundo por primera vez. Años después, en 1986, el equipo del Viaducto conseguiría su ascenso a la Primera B. Pero el club seguiría escalando y en 1992 llegaría a la B Nacional.
El arribo de Arsenal a Primera se dio en 2002 (para ese momento, Grondona llevaba 23 años en el sillón de la AFA), cuando el equipo dirigido en ese entonces por Jorge Burruchaga logró el ascenso a la máxima categoría tras igualar en la final del reducido 1-1 con Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay (había ganado en la ida por 2-1). A partir de ese momento, los de Sarandí se afianzarían en Primera y lograrían todos los títulos detallados anteriormente hasta que el ex pope de la AFA falleció el 30 de julio del 2014.
Números que dan miedo
A partir de ahí comenzó el ocaso de Arsenal, que en los años siguientes empezó a mostrar una imagen competitiva que contrastaba mucho con la de años anteriores. Y es que tras la muerte de Grondona, Arsenal disputó 116 partidos en Primera, de los cuales ganó sólo 31, cosechando así el 34,5% de los puntos. Luego, en la Primera Nacional la situación fue aún peor: 71 encuentros jugados y apenas 16 victorias. Es decir, solo sacó el 22,4% de las unidades en juego. Números más que elocuentes.
Por todo esto, las mieles de la Copa Sudamericana y los campeonatos logrados, ahora son tan solo un recuerdo de un pasado que quedó muy lejano en medio de este presente oscuro del que nadie sabe si podrá salir…

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