Argentina parece ser proclive a crear deportistas top de largo aliento. Basta con pensar en el Lole Reuteman, en Guillermo Vilas. Y, obvio, Maradona y Messi. En estos días parece estar naciendo una nueva estrella de ese firmamento, en el rubro del juego-ciencia: Faustino Oro.
Es que este jugador de ajedrez ya es Maestro Internacional y el jueves pasado en Madrid ganó, con una actuación impecable, el torneo “Leyendas & Prodigios 2025”. Por su alto rendimiento, también consiguió la primera “norma” de su vida, una de las tres imprescindibles que lo habilitan a recibir el título de “Gran Maestro”. ¡Ah! Y nos faltó decir que Fausti empezó a jugar en el 2020 y todavía no cumplió los doce años. Vale la pena recordar que hasta ahora, en toda la historia moderna del ajedrez, solo una persona logró una “norma” siendo más joven que él. ¿Quién fue? Dommaraju Gukesh, nada menos que el actual campeón del mundo de este juego.
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En el tema de batir récords todavía tiene tiempo; aproximadamente le quedan cuatro meses para lograr ganar las dos “normas” restantes que exige el reglamento y, de lograrlo, subirá la vara y podrá recibir su título de “Gran Maestro” para convertirse en el más joven con este galardón de toda la historia ajedrecística.
Lo que Fausti está mostrando torneo tras torneo levanta olas en su mundillo. Basta con recorrer las redes para encontrar felicitaciones públicas y aplausos de colegas profesionales de todos los países, y desde glorias pasadas o excampeones a jugadores fuertes actuales, entrenadores y comentaristas de este deporte.
Orgullo nacional: Faustino Oro, de 10 años, venció al número uno del mundo en ajedrez
Por ejemplo, Leontxo García —consejero de la FIDE en ajedrez educativo, conferenciante y formador de maestros de ajedrez— escribió esta semana: “es muy probable que nadie en la historia haya jugado al ajedrez tan bien como Fausti a los 10 u 11 años. Pero eso no quiere decir que su talento sea superior al de Bobby Fischer, Garry Kasparov o Judit Polgar, por citar solo tres ejemplos, porque él se entrena con una tecnología muy sofisticada que le permite progresar mucho más rápido”.
Otro elemento que caracteriza a Fausti y que tienen los campeones es que no solo su juego es excelente: también su ambición es infinita. En una reciente entrevista le preguntaron hasta donde quiere llegar en el ajedrez y no se anduvo con vueltas: “Campeón mundial”, contestó. Y cuando le repreguntaron ¿a qué jugadores te gustaría ganarle para lograr ese título máximo?”, respondió: “A Magnus Carlsen (un Gran Maestro noruego que ganó 18 Campeonatos Mundiales) o a Gukesh Dommaraju (el ajedrecista indio que es el actual campeón del mundo).
Haters
Y lamentablemente, Fausti, como todos los campeones, también recibe su cuota de fakes y de hateo en las redes sociales. Aparecieron numerosos posteos, la mayoría de anónimos, que difunden la idea de que los rivales de Fausti se dejan “ganar” para que él suba en el ranking global.
Los propios derrotados por Faustino en el reciente torneo salieron a defenderlo. Pepe Cuenca y Alan Pichot, dos a los que derrotó, respondieron con dureza las críticas a Fausti.
Por ejemplo, Cuenca dijo públicamente: “veo cientos de comentarios de gente que no está bien. Estáis troleando a un chaval de 11 años. Os debería dar bastante vergüenza”. Y Pichot explicó por qué ocurre con frecuencia que los rivales pierdan su ventaja inicial. “Es un talento que tiene Faustino. Su comprensión del juego todavía no es muy grande y a veces les sacamos mucha ventaja. Pero cuando llegan los momentos clave, Faustino se vuelve casi implacable, nunca se equivoca, es muy bueno y huele muy bien por dónde tiene que ir. No hay nada extraño. Simplemente es un chico que juega al ajedrez de una manera increíble”.