En la búsqueda de inyectarle a River una dosis de energía externa al plantel, Marcelo Gallardo sumó en el último mercado de pases a Maxi Salas, Juan Portillo y Matías Galarza. El ex Racing se acopló rápido al 11 titular y post lesión tuvo 45′ en los que demostró que no puede faltar. En el caso del misionero, fue nuevamente zaguero y formó una auspiciosa dupla con Lautaro Rivero. Pero en el boletín inicial, el volante paraguayo continúa sin poder aprobar y al malestar de los hinchas por su rendimiento se sumó una lapidaria crítica de Diego Latorre.

“No sé cuánto más puede mejorar Galarza en River. Tendrá mucha predisposición, pero se necesitan ideas y serenidad por lo menos para darle la pelota a un compañero”, expresó el hoy comentarista durante la transmisión televisiva del partido en la Fortaleza.

Ese contundente análisis durante el desarrollo del primer tiempo fue una continuidad de lo que se había visto en el Monumental frente a Libertad. Cuando el Millonario se quedó con 10 por la roja a Giuliano Galoppo, el mediocampista ingresó por Juan Fernando Quintero y si bien aportó su habitual despliegue y sacrificio, no convenció y hasta generó murmullos en un momento caliente.

Poco asociativo pese a haber entrado en un momento incómodo en aquella noche copera, estuvo apurado con la pelota, impreciso y algo nervioso. Y si bien en el Sur dejó solo de cara al gol a Miguel Borja en su primer centro, durante sus 90′ en cancha pifió un derechazo tras un centro de Juan Cruz Meza, otra vez no estuvo fino en la gestación de juego y fue livianito en la marca.

Pese a que sólo acumula siete partidos en el CARP y que fue de la partida en cinco (509′), su rendimiento está lejos de ser el que le permitió destacarse en Talleres y llegar a la selección de Paraguay. El debate, que llegó a los pasillos del Monumental, tiene posturas marcadas, con los que coinciden con Latorre y los que son más optimistas y apuestan a que se trate de un proceso de adaptación previo al despegue.

Por lo pronto, Galarza, a sus 23 años, demuestra en lo físico aunque no en lo futbolístico. Y frente a Lanús, además de su bajo porcentaje de duelo ganados (2/9) y de las 13 posesiones de pelota perdidas, también quedó expuesto tras no salir a apurar a Méndez en la última acción del partido que terminó en el gol del local.