La Comisión Directiva de Independiente le puso un freno a su intención de avanzar con el cambio de sponsor técnico tras las fuertes repercusiones que generó la noticia entre los hinchas. La posibilidad de que Puma dejara de vestir al club después de 16 años y fuera reemplazada por Atomik desató una fuerte reacción popular que incluyó una movilización el martes por la noche en la sede de Avenida Mitre.

La presión de los socios y la bronca acumulada por las últimas decepciones deportivas derivaron en un escenario de tensión interna, que obligó a los dirigentes a emitir un comunicado oficial. Allí, confirmaron que las negociaciones con ambas marcas “se encuentran en curso” y dejaron la puerta abierta para una nueva propuesta de Puma.

El contrato con la empresa alemana vence el 31 de diciembre de este año, y en las últimas semanas comenzó a definirse el futuro del proveedor de indumentaria deportiva. Atomik, la marca nacional que también viste a San Lorenzo desde comienzos de 2025, presentó una propuesta que superó a la de Puma y fue aprobada en la mesa chica del club. La oferta, por seis temporadas, despertó suspicacias internas debido a presuntos vínculos personales entre dirigentes y los dueños de la firma.

La polémica no tardó en escalar. Con versiones cruzadas dentro de la Comisión Directiva, los cuestionamientos crecieron, y Puma, lejos de quedarse afuera, hizo pública su intención de continuar vistiendo al Rojo. En respuesta, desde el club esperan que la empresa alemana realice una nueva oferta económica, lo que podría revertir la decisión. ¿La fecha tope? El lunes 6 de octubre.

“Durante el último mes, la Comisión Directiva ha evaluado las propuestas recibidas tanto de Puma como de Atomik, y en este proceso la oferta de Atomik prevalece, hasta el momento, por sobre la continuidad de Puma”, habían explicado oficialmente, aunque remarcaron que “Puma sigue teniendo las puertas abiertas para mejorar su última oferta” y que el club espera una propuesta “acorde a la grandeza de la institución más importante de América”.

El desenlace aún está abierto, pero lo que quedó claro es que el malestar de la gente puede hacer tambalear incluso las decisiones de la dirigencia. En Independiente, el sponsor de la camiseta se volvió un nuevo campo de batalla.