Rodrigo Castillo aprovecha una desatención de la línea de fondo de la Universidad de Chile, engaña al arquero Gabriel Castellón al mejor estilo Claudio Paul Caniggia en Italia 90 y define con el arco vacío para marcar el 1-0 (y 3-2 en el global) que será definitivo por la segunda semifinal de la Copa Sudamericana. Es la imagen de la noche que ya cae en el Sur del Gran Buenos Aires, pero que está repleta de polémicas. Porque en el inicio del contragolpe hubo una clara mano de Eduardo Salvio que el árbitro venezolano Alexis Herrera no vio en el campo y que los jueces del VAR -increíblemente- tampoco en la revisión.
“Castillo”:
Por el gol de Lanús ante Universidad de Chile en la #Sudamericana pic.twitter.com/KoO5Rdytx8— ¿Por qué es tendencia? (@porquetendencia) October 30, 2025
Iban 17 minutos de juego del segundo tiempo y en ese momento estalló el aliento de los 47 mil hinchas que llenaron en su totalidad el estadio Ciudad de Lanús, que no tuvo visitantes debido a la suspensión que pesa sobre el equipo chileno. En ese momento, se sintieron un paso más cerca de volver a gritar campeón a nivel internacional, a doce años de la última vez. Desde entonces, el Granate jugó cuatro finales y las perdió todas: Recopa Sudamericana 2014, Suruga Bank 2014, Copa Libertadores 2017 y Copa Sudamericana 2020. Ya levantó este mismo trofeo en 2013 y la Copa Conmebol 1996.
Esa mano de Salvio no fue el único cuestionamiento al arbitraje. El gol anulado -vía VAR- a la U por interferencia de Lucas Di Yorio previa a la definición de Felipe Salomoni pudo haber modificado el trámite del partido e incluso el resultado final. Sin embargo, nada iba a poder modificar la personalidad, la autoridad y la entrega con la que Lanús afrontó el duelo. Y, a fin de cuentas, es un justo finalista.
Castillo tendrá merecida la etiqueta de “mejor jugador de la serie” por su doblete en Chile y el tanto de la clasificación frente a su público. Fue decisivo en el análisis de los 180 minutos. Sin embargo, hay que hablar primero de Marcelino Moreno, la indiscutida figura de la cancha. En tiempos de un fútbol cada vez más esquemático, este número 10 recuerda a los enganches de otros tiempos y es un deleite de ver.
Jugó suelto detrás de Castillo y se movió a espaldas de Israel Poblete y Charles Aránguiz, el doble 5 rival, y nunca fue referencia para los centrales. Asistió al 9 -que lleva el dorsal 19- luego de una gran maniobra individual por la derecha, pero más importante que eso fueron cada una de sus intervenciones. La pide siempre, acelera cuando tiene que hacerlo, sabe poner un freno. Juega y hace jugar. Hasta se lució con un caño fantástico de taco en una jugada en que el experimentado Aránguiz lo quiso anticipar. Y convirtió un gol que fue anulado por un milimétrico fuera de juego, de esos que sólo ver el VAR, en otra de las polémicas de la noche.
¡ERA EL PRIMERO DE LA U, PERO FUE ANULADO POR OFFSIDE!
Cuando Felipe Salomoni convertía el 1-0 parcial de Universidad de Chile sobre Lanús, el VAR llamó al árbitro central, quien vio la jugada y determinó que Di Yorio estaba adelantado en el inicio de la jugada. pic.twitter.com/ji4FTpfyAY
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Lanús manejó la pelota a partir de los pies de Moreno y salió decidido a buscar el gol de la clasificación, todavía con la bronca contenida por el penal que significó el empate agónico de la U en el partido de ida disputado en Santiago. Sin embargo, le faltó claridad, especialmente durante el primer tiempo. Volcó su juego por la derecha, pero Salvio no estuvo preciso para devolverle juego al 10 y el equipo de Mauricio Pellegrino se fue apagando a medida que se consumían los primeros 45 minutos. Las jugadas más claras fueron un cabezazo de Carlos Izquierdoz, junto a Lautaro Acosta uno de los sobrevivientes del campeón de la Sudamericana 2013 bajo la conducción de los mellizos Barros Schelotto, y un contraataque mal gestionado por Castillo.
Salió enchufado el Granate al complemento. En los primeros cincos minutos, un disparo de media distancia de Salvio y una ocasión aún más clara de Castillo lo acercaron al gol. Ambas jugadas surgieron de las gambetas, el engaño y la visión de Marcelino Moreno. Se levantaba el público. Entendían que era el momento para dar el zarpazo. Pero por esas cosas del fútbol, en el mejor momento del local llegó el gol de la visita.
Se sintió el golpe en el ambiente, pero la revisión del árbitro en el monitor y la decisión de anular el tanto le devolvió el alma al cuerpo a aquellos hinchas que mascullaban bronca. La tecnología hizo justicia en favor de un equipo que no merecía perder. Luego, llegó el gol de Castillo y un camino sin mayores sobresaltos hasta un final con tumulto entre los jugadores que no pasó a mayores.
De esta manera, cuatro años después de su última final internacional, la de la Sudamericana 2020 (que se jugó en 2021) que perdió ante Defensa y Justicia, Lanús vuelve a un definición de este calibre. Tendrá revancha ante Atlético Mineiro, el 22 de noviembre en el Defensores del Chaco de Asunción.








