El fútbol argentino perdió a una de sus grandes leyendas. Daniel Willington, ídolo eterno de Vélez Sarsfield y Talleres de Córdoba, falleció este lunes a los 83 años en la ciudad de Córdoba, donde se encontraba internado en el Instituto Modelo de Cardiología.
Quién era Daniel Willington
Nacido en Santa Fe, pero adoptado futbolísticamente por Córdoba, muchos lo llamaban El Famoso Cordobés o simplemente El Daniel. Su carrera comenzó en Talleres, donde debutó con apenas 16 años luego de haber sido alcanzapelotas en los partidos de su padre, Atilio. Su talento y visión de juego rápidamente llamaron la atención, y en 1962 fue convencido por Victorio Spinetto para sumarse a Vélez, con el aval del mítico José Amalfitani, quien realizó una fuerte inversión para ficharlo.
En Liniers, Willington se convirtió en símbolo del club. Fue figura en el Nacional 1968, el primer título oficial en la historia de Vélez, bajo la dirección técnica de Manuel Giúdice. En ese equipo compartió cancha con grandes como Carlos Bianchi, Omar Wehbe y Roberto Mariani.
Su paso por el Fortín también dejó una anécdota inolvidable: durante un amistoso ante Santos por la inauguración de la iluminación del estadio José Amalfitani, Pelé quedó maravillado con su talento y lo calificó como “el mejor jugador del mundo”.
Tras su etapa en Vélez, Willington jugó en Veracruz (México) y en Huracán, a donde llegó recomendado por su amigo Ringo Bonavena. Más tarde regresó a Talleres (1974-1976), donde marcó uno de los goles más recordados de la historia del club: un tremendo tiro libre ante Belgrano en 1974, elegido años después como El Gol del Centenario. Se retiró en Vélez en 1978, dejando un legado imborrable.
También vistió la camiseta de la Selección Argentina, aunque sin poder replicar todo su brillo en el combinado nacional.
Como entrenador, dirigió a Talleres en varias etapas y también tuvo un paso por Vélez entre 1988 y 1989. En 1994, fue uno de los responsables del ascenso a Primera División del conjunto cordobés, coronando una historia de amor con la “T” que duró toda una vida.
Con su talento, carisma y personalidad, Daniel Willington marcó una época. Fue un artista de la pelota, un símbolo del fútbol bien jugado y una figura que trascendió colores. Su partida deja un profundo vacío, pero su legado seguirá vivo en cada hincha que lo vio brillar.
BP








