Russo empieza a tomar sus decisiones, ¿cuánto oxígeno ganó?

Russo empieza a tomar sus decisiones, ¿cuánto oxígeno ganó?

Aunque la imagen devuelve a un hombre débil que no se levanta de la silla, casi un recuerdo de los últimos tiempos del Maestro Oscar Washington Tabárez, Miguel Angel Russo empezó a mostrarse fuerte puertas adentro. La decisión de llevar a todo el plantel a Mendoza no fue casual: el veterano entrenador busca afianzar el grupo. Por eso viajaron 30 jugadores al duelo con Independiente Rivadavia, que terminó con la racha negra de 12 partidos sin victorias, el peor registro de Boca en 120 años de historia.

Además, Miguel tomó otras determinaciones con su impronta, ya sin tanta influencia de Juan Román Riquelme: Lautaro Di Lollo corporizado en primer zaguero y Rodrigo Battaglia en el rol de volante central para acompañar a Leandro Paredes, una exigencia que hizo público la estrella del plantel.

Hubo otros aspectos positivos: el desequilibrio que encontró con Brian Aguirre con la variante del esquema (4-4-2), el recambio que fluyó en el segundo tiempo y, sobre todo, el gol de Alan Velasco, que entró fresco y se quitó la espina con la camiseta azul y oro. No celebraba desde el 2 de octubre de 2024 con la camiseta del Dallas FC. Aquel día marcó en la derrota de su equipo (3 a 2) ante San José Earthquakes. Pasaron 23 partidos hasta su emotivo festejo al pie de la Cordillera.

El propio entrenador, que la semana pasada no dio la conferencia de prensa “por un problema en la voz”, dejó claro en el estadio mundialista que pretende solidificar las bases. “No es la primera vez que me pasa. En 2020, arrancando en Boca, para mí siempre fue la misma manera: buscar competir en alto nivel. Muchos se preguntaron por qué venían todos acá. En esa época, íbamos todos a todos lados, el grupo está y hay que fortalecerlo. Siempre hemos venido todos a la mayoría de los lugares, eso es muy bueno porque eleva el nivel, la competencia y un montón de cosas. Vamos recuperando jugadores, la forma y la manera que necesita un club como Boca”, expresó Russo.

En la previa se habló de una “final”, el rótulo que se aplica a cada partido que disputa el gigante xeneize, presionado por una victoria que no se daba desde el 19 de abril contra Estudiantes. Sin embargo, el técnico no considera que el resultado haya sido un respaldo a su gestión. “No lo veo así, estamos bien, venimos dialogando mucho, es normal y natural. Hablamos de lo bueno, lo malo y cómo hay que hacer para crecer. Yo marco las líneas y formas para que ellos crezcan a alto nivel, esto es Boca. Me ha tocado en distintas fases tener equipos competitivos”, manifestó.

Durante el ida y vuelta con los periodistas insistió en el aspecto colectivo. “Me gusta la competencia sana y pura dentro del plantel, que es lo que estamos buscando”, enfatizó. No pasó inadvertido, claro está, la salida de Edinson Cavani, a quien no le gustó el cambio y se lo expresó a Claudio Ubeda, ayudante de campo del entrenador. Pero Miguel no hizo nombres propios. Con la excepción de Di Lollo. “Lo venimos trabajando mucho, está muy bien la dupla defensiva, muy fuerte”, apuntó sobre el joven defensor de 21 años que se afirmó con Marco Pellegrino en la zaga central.

“En Argentina hoy no tenés a un equipo que decis ‘a este le gano 5 a 0’. Tuvimos un rival muy competitivo y con respeto. En definitiva, hay que estar preparado para todo, tenemos que mejorar y elevar los niveles, ahora vendrá un partido difícil de local para el que hay que estar preparados. En el fútbol argentino cambia todo permanentemente. Boca tiene un plantel fuerte y grande, habrá que elegir cada partido a los mejores que están y a los que necesitamos. Hay que pelear todo”, reflexionó respecto al futuro inmediato, el domingo ante Banfield en la Bombonera. Con la expectativa, lógicamente, de que la victoria ante Independiente Rivadavia sea una plataforma para el despegue.