Fue un Ciclón cumplido, una era que quedará en la historia negra de un club que no merecía llegar a este punto. Las renuncias masivas en la reunión de Comisión Directiva del martes en el palco oficial del estadio Pedro Bidegain que generó la acefalía decretó el fin de una gestión que duró 629 días y que estuvo atravesada por escándalos de todo tipo, tanto futbolísticos como extrafutbolísticos y, sobre todo, institucionales.
La llegada al poder
El gobierno de Marcelo Moretti llegó al poder el 26 de diciembre de 2023, luego de que el candidato de Boedo en Acción se impusiera con el 36% de los votos, superando a la dupla Marcelo Culotta-Alejandro Tamer, Sergio Costantino-Federico Tirelli y César Francis-Christian Mera. Duró poco menos de dos años. Marcó el cierre de una gestión que fracasó, que dejó más secuelas negativas que cuestiones positivas.
Antes de llegar a esta situación en la que la Asamblea deberá llamar una reunión extraordinaria con urgencia para designar a una CD transitoria, mucha agua pasó por debajo del puente. ¿El común denominador? Moretti en el centro de la polémica. ¿Qué sucedió en este tiempo? ¿Cómo se llegó a que no existiera una vuelta atrás?
Moretti e Insua terminaron con declaraciones cruzadas. (Foto: Prensa CASLA).Los escándalos
El primer escándalo ocurrió en el mercado de pases del verano 2024. Mientras Ruben Darío Insua pedía refuerzos que no llegaban, San Lorenzo contrató a varios futbolistas de avanzada edad para jugar en Reserva, algo que llamó la atención y que generó la bronca del Gallego. “A Pipi lo reforzaron más que a mí”, dijo tras el empate con Unión, en la tercera fecha. Ese fue el principio de una serie de cortocircuitos con RDI, quien fue echado en abril de ese año y que cargó durísimo contra MM: “Que diga que miento, para mí es un elogio”.
El comprobante trucho por el pase de Matías Reali a Independiente Rivadavia fue otro de los hechos. Sucedió en julio de 2024, cuando hubo amenazas de denuncias por parte de Daniel Vila, presidente de la Lepra, y debió contar con la intervención de Chiqui Tapia para que el conflicto no escalara.
Ortigoza con Moretti llegaron juntos a San Lorenzo.Ortigoza, ventas raras y el videogate
La pelea con Néstor Ortigoza fue el primer cruce dirigencial. Hubo disputa por la injerencia en el Fútbol Profesional y, una vez que apareció la denuncia contra el Gordo por violencia de género, la relación se quebró aún más. Como si fuera poco, los hinchas estallaron por las ventas de Agustín Hausch y de Santiago Sosa, dos pibes con proyección, por apenas 1.700.000 de dólares a Defensa y Justicia, sumado al ida y vuelta que tuvo con Augusto Batalla por las versiones del ofrecimiento y su salida al Rayo Vallecano.
El punto que marcó un antes y un después fue la aparición de la cámara oculta en la que se veía a Moretti guardándose un fajo de dólares en el saco. Salió a la luz en abril de este año, lo que llevó que se tomara licencia y que se reordenara la estructura dirigencial. ¿Cómo siguió? Se autodenunció, los fanáticos realizaron una manifestación en la puerta de la sede, allanaron el club y también la casa del propio Moretti, el Ciclón fue a la Justicia, fue a la cancha y los directivos lo echaron, amagó con levantar su licencia, fue citado para declarar, hubo una nueva movilización por parte de los hinchas, hubo un ida y vuelta entre el Tribunal de Ética de la AFA y el del Ciclón, lo dejaron que volviera, retornó a cumplir funciones plenas, armó una nueva estructura de Fútbol sin presentación oficial, se armó un doble comando y efectivizaron las 13 renuncias que faltaban para generar la acefalía.
