Es tan cierto que la definición de Clever Ferreira fue perfecta para poner el 1-0 ante River como que al defensor le habría costado mucho más marcar el gol de Atlético Tucumán si Jeremías Ledesma no hubiera protagonizado dos bloopers consecutivos en el José Fierro. Dos errores no forzados que el local no perdonó.
En su regreso a la titularidad -en el campeonato ya había atajado frente a Godoy Cruz- Ledesma tuvo dos buenas reacciones para desactivar ataques (atoró un mano a mano de Adrián Sánchez; le sacó con un manotazo un bombazo a Mateo Bajamich) pero también pifias seguidas que su equipo pagó. Y caro.
Porque el córner del que derivó el gol de Ferreira llegó luego de que el ex arquero del Cádiz controlara con serias dificultades un centro de Leandro Díaz: rechazó hacia arriba y por poco la pelota no se le coló en el arco. El rostro de Ledesma tras esa acción fue elocuente: estaba notoriamente ofuscado.
Y Atlético no le dio tiempo a reponerse: Ledesma calculó mal y el centro largo -ejecutado desde el córner al vértice izquierdo del área chica- lo sobró. Lo único que tuvo que hacer Ferreira fue empujarla con pericia para luego salir a celebrar. Dejando al arquero de River tendido y malhumorado por esa jugada fatídica.